Cuando hablamos de las ventajas y facilidades que nos ofrece internet, se nos viene a la mente cosas como pagar los servicios de agua, luz, comprar ropa, pedir la cena y manejar nuestras cuentas bancarias desde el celular. Lo que nos hace preguntarnos por qué aún no votamos de manera online. En el presente artículo exploraremos lo cerca y lo lejos que estamos de votar también por internet.
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Casos de prueba
Si podemos mencionar a un país como ejemplo podría ser EEUU, que en muchos casos los departamentos estatales colaboran con empresas privadas de tecnología para realizar elecciones en línea más avanzadas. En este caso hablaremos acerca de Voatz, la empresa que utiliza la tecnología de Blockchain aplicada a los procesos electorales.
El funcionamiento consiste en votar desde un dispositivo móvil usando la aplicación Voatz, que se encuentra en fase piloto ya que solo está disponible para votantes militares activos y ciudadanos que se encuentran en el extranjero. La aplicación verifica la identidad con una foto de la identificación y con una selfie, lo que permite un reconocimiento facial del votante para confirmar la coincidencia entre la selfie y la identificación. Posteriormente se ofrece a la persona un token de huella digital que se utiliza para votar, y una vez realizada la acción el sistema elimina la identidad.
Todo esto suena bastante bien, sin embargo, muchas investigaciones indican que se encontraron graves fallas y aspectos de seguridad vulnerables en el sistema de elecciones en línea. También hay que mencionar que muchos países además de EEUU han optado en algún momento por votar remotamente, como Canadá, Francia, Australia. Sin embargo, no todos continúan con este sistema, excepto uno en particular.
I-Voting
I-Voting es el sistema de voto por internet que tiene Estonia desde el 2005, año en el que se celebraron las primeras votaciones municipales con este método y que sirvieron de previos para que más tarde en el 2007 se volviera a utilizar el mismo sistema, pero para las elecciones parlamentarias. De esta manera Estonia se convirtió en el primer país en el mundo en establecer dentro de sus leyes electorales la opción de celebrar las elecciones por medio del voto online, obteniendo en el 2019 un 44% de participación de votos electrónicos.
El funcionamiento consiste en que los votantes puedan emitir su voto por medio de un computador desde cualquier parte del mundo a través de una conexión de internet, para ello cada persona debe tener una tarjeta de identificación nacional con una única firma digital, por lo que también se debía contar con un lector de tarjetas de identificación especial que se conecta a la computadora y luego se inserta la tarjeta de identificación, sin embargo el proceso se ha simplificado con los años, ya que ahora se utiliza una aplicación móvil que brinda una identificación móvil y todo esto es con el fin de que el sistema pueda conocer que el votante es apto para emitir un voto.
Una vez realizada la votación, el sistema elimina la identidad de la persona antes que su voto llegue a la Comisión Nacional Electoral, manteniendo así el anonimato.
Durante un periodo previo de seis días antes de la elección, las personas pueden realizar el voto y cambiarlo cuantas veces lo deseen ya que cada nuevo voto anula al anterior.
¿Estamos listos para votar por internet?
Muchos críticos de la votación y expertos en tecnología coinciden en que la ciberseguridad sigue siendo una de las preocupaciones más importantes y que las tecnologías actuales aún no pueden garantizar la integridad de las elecciones.
Lo que nos lleva a temer que votar en línea podría traer a que los hackers informáticos puedan interferir o manipular la elección a su beneficio.
Además de ello se debe considerar que la seguridad de las computadoras o celulares de las casas de los votantes es muy relevante al momento de votar. La tecnología mientras mas antigua sea, tiende a ser menos segura debido a que se dejan de actualizar los softwares, atrasando las actualizaciones de seguridad.
Sumando a que las votaciones en línea pueden ser vulnerables a la piratería, auditarlas se volvería cada vez más difícil y a diferencia de los votos físicos que dejan un registro en papel; los hackers podrían eliminar millones de boletas digitales desde su dormitorio en cuestión de minutos, mientras que robar el mismo número de papeletas físicas sería mucho más difícil sin que alguien se diera cuenta. También los votos pueden ser contados y revisado por varias personas a la vez.
Otro punto importante a tomar es que debemos considerar la brecha socioeconómica que existe en todo el mundo, en especial en nuestro país. No todos cuentan con acceso a dispositivos móviles como laptops o smartphones y ni que decir de la conectividad a internet. Lo que nos lleva preguntarnos si en realidad estamos listos para una era de votaciones en línea, y que tan ventajoso podría ser para nuestra sociedad. Algunos expertos afirman que quizás en 10 años podamos adoptar este sistema.
